Nueva York

Ruidosa, rápida y enérgica, esta ciudad es sinfónica, agotadora y siempre cambiante. Tal vez solo un poema de Walt Whitman que describa las típicas escenas urbanas podría hacerle justicia. Sigue siendo uno de los centros mundiales de la moda, el teatro, la gastronomia, la música, la edición, la publicidad y, a juzgar por la crisis económica, las finanzas. Y, como dijo Groucho Marx: "Cuando son las 9.30 en Nueva York, es 1937 en Los Ángeles". Llegar aquí por primera vez es como entrar en una película, aquella que sin saberlo el visitante ha estado escribiendo y que contiene todas las opciones posibles. Desde Times Square hasta el rincón más oscuro del Bronx, uno se topará con los extremos. Desde el enclave ruso de Brooklyn en Brighton Beach a la pequeña Sudamérica de Queens, casi todos los países del mundo están aquí representados. Se puede experimentar de todo, siempre y cuando el viajero tenga tiempo suficiente y la mente abierta.

HISTORIA
Henry Hudson, que reclamó este territorio para los patrocinadores de la Dutch East India Company (Compañía de las Indias Holandesas) en 1609, lo describió como “el territorio más bonito en el que uno desea vivir”. Poco después fue bautizado como “Manhattan”, nombre derivado de las palabras en munsee que significan “isla de montes”.
Hacia 1625 se estableció una colonia, llamada New Amsterdam, y Peter Minuit compró la isla a los indios munsee. George Washington juró aquí su cargo como primer presidente de la Republica en 1789 y cuando estalló la Guerra Civil, la ciudad de Nueva York, desde donde salieron numerosos voluntarios para defender la Unión, se convirtió en el centro organizativo del movimiento de emancipación de los esclavos.
Durante el s. XIX sucesivas oleadas de inmigrantes –irlandeses, alemanes, ingleses, escandinavos, eslavos, italianos, griegos y judíos centroeuropeos– provocaron un incremento de la población que dio lugar a la creación de imperios industriales y financieros, y a la edad de oro en la construcción de rascacielos.
´Tras la II Guerra Mundial, la ciudad se convirtió en la capital del mundo. Sin embargo, apareció un nuevo fenómeno: la huida blanca hacia las afueras. En la década de 1970, el metro, lleno de pintadas, se había convertido en el símbolo del declive económico y cívico. Nueva York renació en la década de 1980 de la mano del alcalde Ed Koch. La ciudad eligió a su primer alcalde afroamericano, David Dinkins, en 1989, pero le echó después de un solo mandato a favor del republicano Rudolph Giuliani (candidato a la presidencia de EE UU en las primarias del 2008). Durante el mandato de Giuliani la tragedia sacudió a la ciudad el 11 de septiembre del 2001, cuando dos aviones comerciales que habían sido secuestrados impactaron sobre las torres gemelas de 110 plantas del World Trade Center, se incendiaron y, finalmente, se derrumbaron. En este infame atentado terrorista murieron 3000 personas.
En el 2001 Nueva York eligió a su alcalde número 198, el republicano Michael Bloomberg. En noviembre del 2005 fue reelegido y en el 2009 ganó un tercer mandato tras la aprobación de una polémica enmienda que le permitió gobernar. Bloomberg tiene fama de ser un político pragmático e independiente, y su gestión ha cosechado tantos halagos como críticas por su doble persecución de objetivos medioambientales y de desarrollo (la ley que prohíbe fumar en la ciudad ha resultado popular, mientras que la tasa de congestión para combatir el tráfico ha suscitado numerosas críticas).

Cómo llegar y salir

AVIÓN
Nueva York cuenta con tres importantes aeropuertos. El mayor es el aeropuerto internacional John F. Kennedy (JFK; www.panynj.gov/airports/jfk.html), en Queens, que también alberga el aeropuerto La Guardia (LGA; www.panynj.gov/airports/laguardia.html). El aeropuerto internacional Newark Liberty (EWR; www.panynj.com), al otro lado del Hudson, en Newark, NJ, es otra opción. Al comprar billetes en línea para NYC, la mayoría de webs muestran los tres aeropuertos. El aeropuerto MacArthur de Long Island (ISP; www.macarthurairport.com), en Islip, es una opción económica aunque alejada; tiene sentido si se visitan los Hamptons o alguna otra zona de Long Island.

AUTOBÚS
En el enorme y confuso terminal de autobuses de Autoridad Portuaria (212-564-8484; 625 Eighth Ave, entre 40th y 42nd St) están los autobuses que llegan y salen de Manhattan. Short Line (www.shortlinebus.com) gestiona numerosos autobuses a poblaciones en Nueva Jersey, al norte, y en Upstate New York, mientras los autobuses de New Jersey Transit (www.njtransit.state.nj.us) cubren todo Nueva Jersey.
Varias compañías de autobuses con vehículos confortables y seguros y sedes en Midtown, como Bolt Bus (www.boltbus.com) y Megabus (www.megabus.com), unen NYC con Filadelfia (10 $, 2 h), Boston (25 $, 4 h 15 min) y Washington, DC (25 $, 4 h 30 min); casi todas tienen wifi gratis. Las que ofrecen servicios desde Chinatown tienen un precario historial de seguridad.

AUTOMÓVIL Y MOTOCICLETA
Alquilar un coche en la ciudad es caro, cuesta desde unos 75 $ al día por un coche mediano, más los extras, como el 13,25% de impuestos y los distintos seguros.

'FERRY'
Los de Seastreak (www.seastreak.com; ida y vuelta 43 $) a Sandy Hook, Nueva Jersey y New York Waterway (www.nywaterway.com) salen desde el Pier 11, en el East River, cerca de Wall St, y desde el World Financial Center en el Hudson para Hoboken, Jersey City y otros destinos.

TREN
Penn Station (33rd St, entre Seventh y Eighth Aves), que no hay que confundir con Penn Station de Newark, NJ, es el punto de salida de todos los trenes de Amtrak (www.amtrak.com), incluido el servicio rápido Acela Express a Boston (3 h 45 min) y Washington, DC (2 h 52 min). Todas las tarifas y duración del trayecto varían según el día de la semana y la hora en que se viaje. También con llegada en Penn Station (NYC), además de paradas en Brooklyn y Queens, está la Long Island Rail Road (LIRR; www.mta.nyc.ny.us/lirr), que transporta a diario a cientos de miles de viajeros de cercanías. New Jersey Transit (www.njtransit.com) también opera trenes desde Penn Station (NYC), con servicios a los suburbios y a Jersey Shore. Otra forma de viajar a ciudades del norte de Nueva Jersey, como Hoboken y Newark, es mediante New Jersey PATH (www.pathrail.com), que ofrece un servicio con sistema de billetes separados (1,75 $) a lo largo de Sixth Ave, con paradas en 34th St, 23rd St, 14th St, 9th St, Christopher St, y la reabierta estación del World Trade Center.
La única línea de tren que sigue saliendo de Grand Central Station, Park Ave (42nd St) es la Metro-North Railroad (www.mnr.org), que sirve a los suburbios del norte de la ciudad, Connecticut y zonas a lo largo del valle del Hudson.


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Cómo desplazarse

A Y DESDE EL AEROPUERTO
En todos los aeropuertos principales hay agencias de alquiler de vehículos. Entrar en NYC en coche es estresante y muchos lugareños prefieren tomar un taxi y pagar la tarifa fija de 45 $ más peajes y propina desde el JFK y Newark o la carrera de unos 35 $ de Midtown a La Guardia.
Una opción barata y bastante sencilla a/de JFK es el AirTrain (5 $ solo ida), que conecta con las líneas de metro de la ciudad (2,25 $; desde la ciudad, hay que tomar el tren A en dirección Far Rockaway) o con la LIRR (unos 7 $ solo ida) en Jamaica Station, Queens (quizá la ruta más rápida a Penn Station, en la ciudad).
A/de Newark, el AirTrain conecta todas las terminales con la estación de trenes de New Jersey Transit, que a su vez enlaza con Penn Station (NYC; 12,50 $ billete combinado solo ida NJ Transit/Airtrain).
Para La Guardia, una buena opción si se dispone de bastante tiempo es el autobús M60 (82,25 $), que se dirige a/desde Manhattan a través de 125th St, en Harlem, con paradas a lo largo de Broadway, en el Upper West Side.
Los tres aeropuertos también cuentan con autobuses exprés (12 a 15 $) y de enlace (20 $); entre estas empresas se incluye New York Airport Service Express Bus (www.nyairportservice.com), que sale cada 15 min hacia Port Authority, Penn Station (NYC) y Grand Central Station, y Super Shuttle Manhattan (www.supershuttle.com), que recoge a los viajeros en cualquier parte si se reserva con antelación.

AUTOMÓVIL Y MOTOCICLETA
Incluso los más sosegados pueden llegar a perder el buen humor al conducir por la ciudad. Los atascos son un problema perpetuo.
Sin embargo, para entrar y salir de la ciudad lo peor son las masas que tratan de colarse por los túneles y pasar por los puentes que cruzan las varias vías de agua que rodean Manhattan. Hay que tener en cuenta las normas locales (p. ej.: no se puede girar a la derecha en rojo, como ocurre en el resto del estado), y que una de cada dos calles va en la misma dirección.

FERRY
Un servicio desde el East River (ida 4 $, cada 20 min) conecta varios puntos de Brooklyn (Greenpoint, norte y sur de Williamsburg y Dumbo) y Queens (Long Island City) con Manhattan (Pier 11 en Wall St y E 34th St); se inauguró en junio del 2011.

TRANSPORTE PÚBLICO
La Metropolitan Transport Authority (MTA, www.mta.info) gestiona la red del metro y los autobuses. Según la línea de tren y la hora del día, el sistema de metro de NYC, de 100 años de antigüedad, −que funciona las 24 horas− puede ser un aliado o su peor enemigo (2,25 $ por trayecto). La red, de 1050 km, puede resultar intimidatoria, pero, independientemente de sus fallos, se trata de un recurso y un logro increíbles, pues conecta los barrios más dispares y a todas horas. En general, debería haber planos en todas las paradas. Conviene comprar un MetroCard, a la venta en ventanillas y máquinas expendedoras que aceptan cambio, dólares o tarjetas de crédito/débito; sale más barato adquirir varios trayectos a la vez.
Si no se tiene mucha prisa, se puede tomar el autobús (2,25 $ el viaje). Se ve discurrir la vida urbana, es un servicio permanente y su funcionamiento es simple, pues la red cruza la ciudad por todas las calles principales (14th St, 23rd St, 34th St, 42nd St, 72nd St y todas las demás de doble dirección) y de arriba abajo. Se puede pagar con MetroCard o con importe exacto, pero no con billetes. Los transbordos entre líneas son gratis, igual que en el metro.

TAXI
El clásico taxi amarillo ya no es un coloso cuadrado que traga gasolina a cubos, sino un estilizado modelo híbrido con minitelevisores y máquinas para pagar con tarjeta de crédito. No importa la marca o año del coche, lo normal es experimentar un trayecto entrecortado y algo fuera de control. Las tarifas actuales son de 2,50 $ por la bajada de bandera (los primeros 320 m), 0,40 $ cada mismo tramo adicional o 60 segundos con el vehículo parado, 1 $ de suplemento por hora punta (días laborables de 16.00 a 20.00), y 0,50 $ de suplemento nocturno (de 20.00 a 6.00). Lo normal es dejar una propina del 10 al 15%; los taxis de mayor tamaño pueden acoger cinco o seis pasajeros. Solo pueden pararse los que tengan la luz del capó encendida. Conviene saber que puede resultar difícil conseguir un taxi si llueve, en hora punta y sobre las 16.00, cuando muchos conductores terminan su turno.
Los pedicabs –especie de carros a pedales− circulan por Central Park South y otras zonas turísticas. Los trayectos cuestan entre 10 y 20 $, aunque las tarifas son negociables.

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